Los productos viajan al destino solicitado con un empaquetado isotérmico, el cual está adecuado para uso alimentario y con acumulador de frío en su interior.
Este método permite garantizar que durante su envío las trufas solicitadas alcanzan destino en perfectas condiciones y con una temperatura de unos 4ºC constante manteniendo todo su frescura aroma y sabor.